16 marzo 2008

Iguanazul 4 Añilería | Teatro

























La tiempera
(fragmento)

Inti Barrios
Imagen de Gustavo Mora


Sinopsis: Un pueblo en las faldas del volcán vive una intensa sequía. Hace cuatro meses que se murió el tiempero y no se sabe de nadie a quien éste haya dejado su cargo. La crisis en el pueblo aumenta cuando Gertrudis, la hija del tiempero, y que es una mujer poco apreciada en el pueblo por no tener hijos y haberse casado con un buen partido, revela al pueblo que es ella la encargada de continuar la tradición y hacer llover.

Acto IV

Gertrudis se encuentra en el valle, se prepara para hacer las invocaciones a Ehécatl, dios del viento, y a Tláloc, dios de la lluvia, para que llegue el agua. Toda la primera parte en una especie de ritual ceremonial.

(Gertrudis silba en un caracol).

Gertrudis: Aquí estoy, oh, Ehécatl, soy la mujer que dicen que soy; soy quien sueño las milpas creciendo y así es que te llamo, con mi voz de lluvia, de hermana del agua; no soy más que tu aliada, tu ama y servidora. Ven viento y trae el aviso, trae a la nube que reviente de gorda y moje la tierra, aquí estoy Ehécatl; reconoce mi voz que desde ahora te manda y obedece, señor del viento Sur, del viento Norte, del viento Este, del viento Oeste.

Ayudantes de Ehécatl: Viento Sur, viento Norte, viento Este, viento Oeste.

(Gertrudis saca una mazorca vestida y la pone en la tierra, ofreciéndola).

Gertrudis: Aquí estoy madre, y tal vez no te entienda porque no tengo hijos, pero sé de la fuerza de la vida, de la planta que se obstina en crecer, de las raíces hondas de la milpa que se anidan en tu vientre, das vida, pues sin ti nada pasa. Eres madre, eres creadora, a ti mi voz.
Tierra montaña, tierra valle, tierra monte, tierra milpa.

Chantil de tierra: Tierra montaña, tierra valle, tierra monte, tierra milpa.

(Gertrudis ofrece sus manos en modo ritual).

Gertrudis: Aquí estoy Tláloc, sueño mi sueño en él me hablas, y es ahora que reconozco tu llamado; soy hija del agua y a ella me entrego, permite que la tome en mis manos y la lleve a la siembra del campesino. Dame tu confianza, que mi voz de mujer se ha templado y sabe los tonos del maíz que crece. Soy flor, soy piedra, soy caña, soy luna, soy el sueño que me tocó soñar, no tengo miedo, soy agua dios de la lluvia, soy tu hermana, soy tu hija, soy la nieta de los antiguos, soy aliada, soy cómplice, soy mujer y en mi voz corre el agua para mojar al maíz tierno, bienvenida el agua, bienvenido el trueno, que la vida quiere contar su historia.

(Gertrudis comienza a adquirir ciertos rasgos animales y continúa su rito. Las viejas uno y dos llegan y observan, escondidas).

Gertrudis: Soy venado, soy coyote, soy águila, soy gusano, soy mujer.

Tlaloque dos: Soy serpiente.

Gertrudis: Soy nahual.

(Gertrudis baila convertida en venado. En segundo plano, se oyen las voces de los tlaloques, mismos que junto con los chantiles se irán incorporando al rito poco a poco, en una especie de danza).
Tlaloques: Nehuatl mazatl, nehuatl coyotl, nehuatl cuautli, nuehatl coatl, nehuatl nahuali. (Se repite).

(Viejas uno y dos se van corriendo).


(En este momento del rito Gertrudis danza. La noche se acerca, se escuchan truenos que anuncian lluvia pero ésta sigue sin aparecer).

Gertrudis: Dioses del antes y el ahora: Tláloc, Nanahuantzin, Ome Tochtli, Quetzalcóalt, Tezcatlipoca, Xochipilli, dios del maíz tierno; los invoco, en momento de trueno y lluvia, de vida que sólo quiere ser vida. ¡Huitztlampa, nictlampa, tonatihu icayacan, kan calaqui tonatihu¡ (¡Sur, Norte, Este, Oeste!) ¡Nican inin calli! (Ésta es la casa), In teoyo tetl (la piedra sagrada), in ixtlahuac kanin, techtlatictemic tlactipac, (el valle donde se sueña el viento), ihuan ipiltzin tleyolle (se sueña a la tierra, y a su hijo el maíz).

(El pueblo llega con antorchas, las viejas uno y dos van al frente de éste).

Vieja uno: Calla bruja, que en este pueblo no queremos el mal.

Vieja dos: Ser seca es castigo de Dios, por eso quieres vengarte de todos nosotros. Aquí sólo eras bien vista por ser la hija del tiempero, pero ahora más que nunca eres maldecida.

Vieja uno: ¡Hay que quemar a la seca!

Vieja dos: La seca que se cree tiempera.

Vieja uno: La seca, bruja.

Chano: Las mujeres son frías; no saben de lluvia, ni de tierra; los secretos de la tierra nos pertenecen a los hombres

Hombre: Si no puedes engendrar un hijo, mucho menos llamar a la lluvia. ¡Bruja! Traes la maldición al pueblo, por tu culpa no llueve, haces conjuros para que no crezca nada en la milpa, como no crece en el interior de tu vientre.

Chano: ¡Maldita seas Gertrudis!

Todos: ¡Maldita!

(Aparece Esteban sudoroso con la bolsa de la comida que le había llevado Gertrudis, se acerca a Gertrudis y tira la bolsa al suelo).

Esteban: ¡Gertrudis, qué has hecho!

Gertrudis: No hecho nada más que soñar mi sueño Esteban. Soy la tiempera y todos interrumpen mi trabajo.

Esteban: ¡Tú no puedes ser tiempera Gertrudis, eres mujer fría!

Gertrudis: Puedo ser todo lo que sueño, y en mi sueño el agua viene, y está fresca, y moja todo, y puedo dar vida. Soy lo que sueño, soy tiempera, el agua quiere venir, pero las dudas del pueblo la detienen, se han olvidado del origen, y yo no se los voy a decir, que el agua y la piedra canten, y que la milpa se vuelva tortilla. Volver, Esteban, volver, siempre hay que volver al principio del camino...

Vieja uno: Tu mujer es bruja, Esteban, será mejor que nos dejes terminar lo que comenzamos.

Esteban: Pide perdón, Gertrudis, por favor, que te van a matar, están locos.

Gertrudis: No puedo pedir perdón, sólo cumplo el servicio que tengo en la tierra. Esteban, yo no nací para criar hijos, pero sí para asegurar el alimento de los otros. Ya te pedí mucho tiempo perdón por eso, ya estoy cansada de que quieran que sea lo que no soy…tiempera, eso soy y si no me apoyas en esto tampoco, no importa.

Esteban: ¡Gertrudis!

Gertrudis: ¡Déjenme en paz!

(Gertrudis se aleja de ellos y continúa su ritual).



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